martes, 12 de agosto de 2014

Mi madre, la comida y el mapa de los conflictos mundiales

No sé que edad tendría, pero una vez, la última vez que mamá me dijo que coma porque en Europa se
morían de hambre le pregunté por qué se morían de hambre. "Por la guerra", me dijo.

Tal vez lo hablamos más de una vez, no me acuerdo, pero sí recuerdo que alguien, probablemente un hermano mío le dijo que en Europa hacía décadas que no estaban en guerra. De ahí en más los conflictos con que mamá intentaba atormentarme fueron Vietnam, Beirut y el Líbano. También cabe mencionar que cuando lloraba o me quejaba de mi aspecto por alguna prenda de vestir heredada de mis hermanos mayores o un suéter más infantil de lo que mis amigos consideraban apto a la orden "mi mamá me dijo que me lo ponga", mi madre mostraba su mejor ironía mirando a los presentes hermanos míos y/o amigos y abriendo los brazos y poniendo los ojos hacia arriba, decía: "Aaaaaayy, ¡qué van a decir las chicas de Coca Cola!". Y cuando no quería ir a alguna parte respondía con furia: "¡Vas como un conde!". Así que mis referencias infantiles sobre esos temas fueron que mientras yo más comía mejores perspectivas de paz habría en las zonas de conflicto, o menos hambrunas tal vez. Que cada vez que salía de casa era evaluado en secreto por las modelos publicitarias de la famosa bebida cola que eran intimidantemente atractivas. Y que ser Conde era una cagada.

Pero al margen de esas apreciaciones, hoy recordaba cuando mamá me hablaba de la guerra del Líbano, cuando me decía que coma porque los chicos del Líbano no comían. Si hoy, además de la catarata de imágenes tristes, de destrucción y muerte que reciben los chicos diariamente, les dijera, les recordara que tampoco comen... no sé ellos, pero yo rompería a llorar desconsoladamente.

O tal vez no, no lloraría. Porque imagino que una vocecita me susurraría al oído: "Aia, qué van a decir las chicas de Coca Cola...".




2 comentarios:

  1. Mi mamá me decía: "¡A cuántos chicos en el mundo les gustaría tener este plato de comida...!"
    Ahora me dice: ¡COMÉ PORQUE VAS A TERMINAR EN EL CEMENTERIO!!!!!

    Sobre la guerra, no tengo palabras, sólo dolor.

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  2. Las madres parecieran tener un paralelismo en lo psicológico con el ébola. Su capacidad de destrucción es devastadora.

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